Se sienten, coño

Aunque soy catalán, me siento español y…

Este es el habitual comienzo de discurso de los catalanes horrorizados por la deriva separatista de muchos de sus conciudadanos. Sobreabundan en las tertulias periodísticas o de barra de bar. Ese suave rechazo entre los verbos expresa mejor que cualquier trabajo académico porque hemos llegado donde hemos llegado. Muy pocos dicen “como catalán y español…” o “como español…” o, horror, “como catalán rechazo la independencia de Cataluña”. La gran victoria del nacionalismo es haber atornillado en los cerebros de partidarios y detractores una primigenia separación  entre Cataluña y España. ¡Qué gran hora para Mas y su mariachi el descubrimiento de una embajada catalana en Atapuerca!

Aunque tantos siglos de vida en común crearon unos lazos que ni el más furioso independentista puede negar. Así se explica que la ruptura de España no suceda de forma natural. Será a sangre y fuego o por consumación del proceso de reblandecimiento de las meninges propias y ajenas. Los nacionalistas han demostrado ser unos maestros en el marinado mental.

Pero para estos trabajos no son buenas las prisas. Fijar una fecha para la mítica redención nacional es un error que sólo lleva a acelerar el proceso y a cometer errores. De ahí la cómica escisión de Artur Mas entre la persona y el presidente. Y la constatación por parte de Marta Rovira, secretaria general de ERC, de que la esquerra sueña primero con independizarse y después preguntar. El salvaje Noreste.

Cuando no se acepta lo que se es y se sustituye la realidad por el sentimiento aparece la neurosis. No se solucionará el problema nacional hasta que nuestros compatriotas prisioneros en el universo nacionalista no tengan los pies firmemente en el suelo y dejen de gravitar sobre la Arcadia. Da lo mismo si los han llevado hasta allí a empellones. A los catalanes, mirar de vez en cuando el frío DNI debe servirles de parapeto para no lanzarse al calido abismo de la construcción nacional. Igual que comprobar frecuentemente los movimientos de la cartilla de ahorros refrena las ansias consumistas de aquel que se siente un rico esclavizado en el cuerpo de un pobre.

FELIZ NATIVIDAD DEL SEÑOR A TODOS

Y QUE EL 2014, SI NO PLENO DE FELICIDAD, AL MENOS SEA 2014 Y NO 1714